Según se registra en algunas páginas web el movimiento sísmico empezó aproximadamente a las 3:23 p.m. del 31 de mayo de 1970 y se prolongó por 45 segundos, el cual se sintió con mayor intensidad en Ancash, La Libertad, Huánuco y Cajamarca. El epicentro se situó frente a las costas de las ciudades de Casma y Chimbote, en el Océano Pacífico con una magnitud de 7,8 grados en la escala de Richter. Sin embargo lo más devastador vendría a los pocos segundos pues el fuerte sismo provocó el desprendimiento de hielo y rocas del pico norte del nevado Huascarán, produciendo un alud de hielo, lodo y piedras que medía 1,5 km de ancho el cual avanzó rápidamente y sepultó por completo la ciudad de Yungay (capital de la provincia del mismo nombre). En cuanto a la cantidad de fallecidos no se ha logrado determinar, pero se ha señalado que en todo el Perú fueron aproximadamente 80 mil muertos y sólo el alud dejó más de 20 mil desaparecidos en Yungay. Además se conoce que se salvaron 350 personas, quienes corrieron hacia el cementerio del lugar, la mayoría eran niños que asistieron a un circo itinerante
llamado Verolina.
Acciones posteriores.
Fueron muchos los países que enviaron ayuda para lograr rescatar los cuerpos de los miles de peruanos sepultados entre los escombros. Yungay fue denominada con el nombre de "Capital de la Solidaridad Internacional". Lamentablemente toda la ciudad de Yungay quedó sepultada y hasta la fecha solo se pueden apreciar flores amarillas y algunas palmeras que son el tímido recuerdo de lo que alguna vez hubo. Por ello el 28 de marzo de 1972 se crea el Instituto Nacional de Defensa Civil, para que se encargue de coordinar la prevención y la ayuda en caso de posteriores desastres. En la actualidad todos los 31 de mayo conmemoramos el Día Nacional de la Reflexión Sobre los Desastres Naturales, fecha en la que se realizan simulacros con la finalidad que la población esté preparada para enfrentar desastres similares y evitar la pérdida de tantas vidas.
